La movilización, nació en las redes sociales con el hashtag #17A y rápidamente generó posiciones encontradas, entre quienes acompañaban la protesta y tenían intenciones de participar de la movilización, y aquellos que se mostraron en contra debido a los riesgos que podría generar semejante concentración de gente.
Caminando o en auto, con cacerolas, palmas y banderas celestes y blancas, miles de personas se manifestaron en puntos emblemáticos del país desde minutos antes de las 16.
Algunos se organizaron en Recoleta, en la esquina del domicilio de la vicepresidenta Cristina Fernandez Kirchner y otros frente a la Quinta de Olivos. La escena se replico también en el Gran Buenos Aires, en Ramos Mejía, Quilmes, Almirante Brown y Lomas de Zamora y también a lo largo del país, frente al Patio Olmos en, en Córdoba; en el monumento a la Bandera, en Rosario; en Mendoza, Salta y Jujuy, entre otras ciudades del interior.
La marcha obviamente cuenta con la participación de varios dirigentes políticos y figuras de la oposición, como Patricia Bullrich, Fernando Iglesias, Hernán Lombardi, y Luis “Beto” Brandoni.
“Vengo a decirle al Presidente que la cuarentena puede que no exista para él, pero existe para miles de trabajadores que la está pasando mal. Me hubiese gustado más comprensión. También decirle que levante la reforma de la Justicia. Aprenda, y mire que hay un pueblo reclamando para que haya un país en el que los argentinos puedan vivir. Entienda, no se cierre”, publico Bullrich en sus redes horas antes.
La protesta también encendió las críticas del oficialismo. El ministro de Desarrollo bonaerense, Andrés “Cuervo” Larroque, mencionó que la movilización fue organizada “por un sector encabezado por Mauricio Macri”.
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