El Gobierno chino asegura que ha prohibido a su flota masiva de pesqueros pescar calamar en algunas partes de los oceanos atlántico y pacífico por tres meses. Fue en respuesta a que grupos ambientales advirtieron que esas actividades de pesca ilegal estaban devastando el equilibrio ecológico.

Los barcos pesqueros de larga distancia chinos han generado controversia en las aguas asiáticas durante años, agotando las aguas de recursos y privando a sus países vecinos de acceder a pesca. En la medida en que la flota pesquera china creció, estos problemas fueron llevados al resto del mundo.

Fomentados por subsidios del gobierno chino, las flotas pesqueras agotan los recursos de los mares y proceden a mares cada vez más lejanos para satisfacer sus objetivos de pesca y complacer la alta demanda.

Recientemente cerca de 340 barcos chinos navegaron a las aguas cerca de Ecuador, lo cual disparó la altera de amenaza para las Islas Galápogos, patrimonio de la humanidad de UNESCO y hogar de una pletora de especies únicas, muchas de ellas en peligro de extinción. Además, los pesqueros chinos tienen conflictos en las aguas africanas y de la península coreana.

Según el Overseas Development Institute (ODI), radicado en Londres, la República Popular China hoy tiene la flota pesquera más grande del mundo, con cerca de 17.000 barcas surcando los mares. El mero tamaño hace imposible que los organismos internacionales monitoreen su actividad.

Analistas afirman que estas prácticas pesqueras ilegales, clandestinas e irregulares de los pesqueros chinos amenazan la soberanía de otras naciones y ponen en peligro la biodiversidad marítima en todo el mundo.