La Nación

“Todos Comen”: el sitio web que vincula a productores populares y consumidores para comprar comida

Entregan dentro la Ciudad de Buenos Aires y el dinero de cada compra vuelve a empresas familiares, cooperativas y empresas recuperadas

            Fue creado hace dos años y vincula a productores populares de alimentos y consumidores. Se encuentra actualmente atravesando una nueva etapa, en la cual planean comercializar puerta a puerta y así llevar a domicilio productos de empresas familiares, cooperativas y empresas recuperadas. “Para el consumidor, comprar a una comercializadora alternativa es sumarse a un proyecto que lo va a conducir a productos de cooperativas y pequeñas empresas; saber que su dinero se va a destinar en un 80 por ciento a retribuir al productor y finalmente comprar sin pagar más que en un supermercado”, afirma Enrique Martínez, ex titular del INTI y actual coordinador del Instituto de Producción Popular y Todos Comen.

            Lo que se ofrece en la página web son productos de almacén que vienen en cajas preparadas o paquetes de entre 10 o 12 unidades de dicho producto. Lo mínimo para poder comprar es $2000 que deben depositarse mediante transferencia bancaria con una semana de anticipación.

            Con respecto a la expectativa de menores precios que en los supermercados, Martínez explicó: “Cuando se lanza una comercializadora alternativa, todo el énfasis está puesto en qué tan baratas son las cosas, y eso es un flanco débil de cualquier proyecto de producción popular que salga a comercializar. Nosotros vamos con los productos populares a domicilio. Al que busca precio por precio, y pregunta por qué aceite o azúcar son algo más caros que los mínimos, se lo explicamos. Sabemos que van a encontrar que el resto tiene precios y calidad accesibles”.

            En cuanto al aceite, depende de la concentración productiva. “El aceite nuestro es de la única cooperativa recuperada, y hoy vale diez pesos más que en el supermercado. Era el más barato de la plaza, pero desde hace ocho meses, por el precio de exportación, se ha creado una enorme dificultad para conseguir la semilla. La semilla de girasol le cuesta a la cooperativa mucho más que a la aceitera General Deheza o a a Cañuelas”. Con el azúcar, ocurre que “las cooperativas azucareras no están pudiendo vender por su cuenta. Estuvimos meses buscando que el INAES diera financiación para la cosecha, el ministerio de la Producción la prometió pero no llegó. En consecuencia, la financiación la tienen los grandes ingenios, que actúan como fraccionadores”.

            Con el paso del tiempo, la idea será incorporar alimentos frescos y de producción local, además de mercadería de almacen.

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