En las últimas semanas las reuniones aumentaron en paralelo con el número de nuevos pasos positivos luego de cuatro meses sin salidas nocturnas en el país.
Las fiestas clandestinas en Santa Fe, Mendoza y algunos municipios de la provincia hacen aumentar los contagios por coronavirus. Es cierto que las reuniones no son una novedad, pero en las últimas semanas estas aumentaron sustancialmente. La creciente presencia de personas en las calles vuelve a poner sobre la mesa la posibilidad de implementar el aislamiento tras más de cuatro meses sin salidas nocturnas que involucren bares y boliches.
Se pudo conocer sobre unas imágenes de una aglomeración en las puertas de un bar en la localidad de palermo donde muchas personas aprovecharon el clima primaveral para salir a la calle en medio de una jornada donde se pudieron registrar un total de 1.108 nuevos casos positivos.
Desde la Ciudad reconocen que es muy dificil hacer cumplir la cuarentena estricta. Antes de flexibilizar la cuarentena, advirtieron que no tenían intención de multar o clausurar comercios que estuviesen abiertos sin permisos sino que intentarían “persuadirlos”.
En la ciudad de Santa Fe la policía clausuró un cumpleaños de 15 donde habían más de 300 personas. Lo mismo había ocurrido en Rosario un día antes. En la provincia están permitidas las reuniones con un máximo de 10 personas.
Según el sociólogo Marcos Novaro “En la Ciudad se cuidaron de ponerse autoritarios, los retos fueron invocando a la responsabilidad. Además a la policía los pone en una posición de pedagogos que hasta a algunos les gusta”.
Agregó que “Larreta fue y vino con el tema de las libertades, se resignó con los runners y lo criticaron. Hay un esfuerzo en intentar encontrar un equilibrio con la libertad. Alberto Fernández no tiene buenos argumentos cuando dice que para estar libre tiene que estar vivo”, dijo. “El estado está agotado y no tiene demasiado margen para imponer, por eso debe apelar a la responsabilidad”.
Se pudo conocer que legisladores opositores pidieron al gobierno porteño que permita la vuelta de bares y restaurantes con espacios abiertos para combatir la fuerte crisis económica que atraviesa el sector.
El pedido había sido hecho por el legislador Sergio Abrevaya, del GEN, y María Rosa Muíños, del Frente de Todos quienes aseguraban que “Al día de hoy cerraron 2.000 de los 12.000 bares y restaurantes de la Ciudad de Buenos Aires. Se estima que el 50% del total cerrará definitivamente al término del aislamiento”.
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